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Grabado de época moderna de Il Pasquino,
rodeado de los papeles satíricos |
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La RAE define “pasquín” como un “escrito anónimo que se fija en sitio público, con expresiones satíricas contra el Gobierno o contra una persona particular o corporación determinada”. Asimismo, nos informa que su origen deriva del latín “Pasquino”, que según afirma era una “estatua, en Roma, en la cual solían fijarse libelos o escritos satíricos”.
¿Por qué se le llamó así a la escultura? ¿Quién era IL PASQUINO? Hay diferentes versiones sobre su identidad, algunas apuntan a que hace referencia a un personaje sacado El Decamerón de Bocaccio, otros que era un artesano romano, un barbero, un maestro, e, incluso, hay versiones que afirman que era un sastre de la Corte. Sea como fuere, nuestro protagonista se llamaba Pasquino y sus sátiras y ataques tanto al poder real como al de la Iglesia, le granjearon una gran fama en la Ciudad Eterna.
En 1501, se encontró una estatua antigua en la calle donde Pasquino residía. Era una escultura de, aproximadamente, el s.III a.C, muy deteriorada, cuya temática no está clara, pero que parece representar a un guerrero heleno, siendo la teoría de que es Menelao defendiendo el cuerpo muerto de Patroclo, la más aceptada. Al pueblo no le gustó, sin embargo, el Cardenal Caraffa se negó a esconderla y mandó exponerla, sobre un pedestal, en una de las esquinas del PALACIO BRASCHI.
La escultura se empezó a conocer con el nombre de Il Pasquino en honor al mordaz romano que residía en la vía donde se halló, aunque también algunos, los que apoyan la teoría de que Paquino era un maestro, afirman que fueron los alumnos de este los que, viendo que el hombre representado en la escultura tenía un curioso parecido con su educador, la pusieron ese apelativo.
Con el paso del tiempo, se tomó la costumbre de adornar la escultura con papeles anónimos cargados de ironía que atacaban a los mandatarios, a personajes importantes de la ciudad… apoyándose en que la persona los firmaba era el mismísimo Pasquino (ya muerto cuando se encontró la piedra), por lo que a estos escritos se les pasó a conocer con el nombre de PAQUINADAS [1].
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Il Pasquino, actualmente |
Fueron varias las “estatuas parlantes” (como se las pasó a conocer), que, como esta, adornaban el centro de Roma y que eran adornadas con críticas, casi siempre en verso, que atacaban con malicia la corrupción de las clases dominantes, sin perder, eso sí, el sentido del humor. Sin embargo, la de Il Paschino fue la que más fama adquirió. Los poderosos de la ciudad, que eran, evidentemente, los perjudicados con estas críticas intentaron frenar la fama de las estatuas parlantes, prohibiendo que se colocaran papeles en ellas y multando al que lo hiciera, e, incluso, en ocasiones, llegando a decretar la destrucción de las esculturas. Sin embargo, aún hoy, siglos después, muchas siguen “hablando” de los temas más candentes de la actualidad romana, con el mismo tono irónico con el que se popularizaron el s.XVI.
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Fuentes:
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