Este dicho popular que se
refiere a aquel que, habiendo dejado una plaza vacante y queriendo recupérala
pasado un tiempo se la encuentra ocupada y sin intenciones de cederla, se
remonta a los años en los que Enrique IV Trastámara era rey.
La plaza del arzobispado
de Santiago de Compostela había quedado vacante y el arzobispo de Sevilla,
Alonso de Fonseca y Ulloa, la quería para su sobrino que, por esa fecha era
deán de la catedral hispalense. No sin dificultades consiguió el poderoso
eclesiástico que en 1467 su sobrino marchara hacia Galicia para ejercer su
nuevo puesto. Sin embargo, su poco tacto político hizo que la nobleza gallega
no tardara en levantarse contra él. Su tío, temiendo la situación, acordó un
intercambio de arzobispados durante un tiempo, hasta que lograra pacificar a
los descontentos. La paz no tarda en conseguirse, por lo que en 1469, Alonso de
Fonseca hizo los pertinentes preparativos para marchar hacia la Sevilla que
había abandonado meses atrás. Contra todo pronóstico, su egoísta sobrino, lejos
de agradecer a su tío el favor que le había hecho, se negó a dejar la silla
arzobispal pues se había dado cuenta que la tranquilidad que se respiraba y las
riquezas de las que se disfrutaban allí eran mucho mejores que las que había
visto en el arzobispado de Santiago de Compostela. Poco pudo hacer el atónito hombre ante la
terquedad de su sobrino que se empeñaba en no abandonar su nuevo sitio, por lo
que no le quedó más remedio que pedir la ayuda del Papa e, incluso, del Rey,
para que el joven muchacho marchara al lugar que le correspondía.
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Catedral de Sevilla |
No se puede negar que este
hecho debió de sorprender en la época hasta tal punto que se configuró un dicho
popular que le tenía como protagonista. Sin embargo, la frase original difería
algo de la actual pues el que perdía la silla era el que “se fue de Sevilla” y no a ella. Aún así, en España no ha
caído en el olvido la curiosa disputa de aquél que perdió su silla y es común
escuchar la expresión, sobre todo de la boca de los más pequeños.
-Bibliografía:
*Iribarren, J.Mª, El porqué de los dichos, Pamplona, 1995.
-
38 comentarios:
Madame, eso le iba a decir yo, que en la historia el que perdía la silla era el otro. Qué cosa tan curiosa aprender de dónde procede el famoso dicho, equivalente al "qui va à la chasse, perd sa place".
Feliz comienzo de semana
Bisous
...y usted ya nos ha mostrado el equivalente francés que seguro también tiene un curioso origen.
Le deseo una buena semana a usted también.
Un saludo!
Bonito dicho, más legendario que histórico, ¿o no? Quién sabe, pero esa es la historia del refrán, la has contado muy bien. Muy bonita la foto que has colocado de la Catedral. Que tengas una gran semana.
Ya ves lo que se aprende en una mañana cuando vaya usar esta frase me lo voy a pensar dos veces en decirla.
Feliz día
@ Paco Hidalgo:
Para nada, Paco, el hecho sucedió de verdad, y todo parece indicar que la expresión hace referencia a él. Puede parecer mentira lo del intercambio de sedes, pero es totalmente real, curiosidades que nos trae la Historia..., :D
Un saludo y ¡feliz semana!
@ Mari-Pi-R:
¿Cómo cambian las expresiones cuando sabemos su origen, verdad? Nuestro lenguaje está plagado de decenas de ellas que esconden un curioso surgimiento, que, la mayoría de las veces, ignoramos.
Un saludo y feliz día, para tí también.
Curiosa procedencia. Sobre cómo se deforman las expresiones por el uso popular y la tradición oral, me viene a la cabeza otro dicho: "hablando del rey de Roma...Por la puerta asoma". Parece ser que en su origen no había rey sino "ruin": hablando del ruin de Roma...etc.
Un saludo.
Mira, ahora ya conozco la verdadera historia. Y curioso que todo el mundo la cuente mal.
@ Cayetano:
¡Vaya! No tenía ni idea de la historia del "ruin de Roma", eso sí que me ha dejado sorprendida... Si es que, como decía antes, ¡cuántas sorpresas nos deparan las expresiones!
Un saludo!
@ Lorenzo Miró:
Es cierto, es muy curioso que la expresión se haya deformado de esa manera, pero ya Cayetano, en su comentario, nos mostraba otro claro ejemplo, osea que parece que esto de adaptar los dichos se nos da bastante bien...
Un saludo!
Curioso el origen de la expresión tan popular que todos conocemos desde niños, sin pararnos a pensar de dónde procede. No me extraña que se haya cambiado, tantas generaciones pasándola de boca en boca que al final nos quedamos con un significado distinto.
Muchas gracias por acercarnos estas curiosidades de la historia.
Besos!!!
Me alegra que te haya gustado conocer el origen de esta expresión.
Gracias a tí por pasar por aquí y dejar tu comentario, :D
Un saludo!
No conocía yo el origen del dicho. Y menos todavía que tuviese que ver con apaños de mitras y prebendas.
Saludos.
Es cierto que es un dicho muy popular y se oye bastante. No sabía su origen, creí que era por la rima:-)
Menuda cara la del sobrino.
Me ha gustado apreder un poco más,
Bss y feliz semana
Me ha gustado mucho la entrada de hoy, y sí, es cierto que es "dicho" puesto en boca de los más pequeños. Para seguir con el asunto le diré que, aunque no tiene ningún apoyo histórico, que yo sepa, para hacer mayor incapié muchos chavales, para dar mayor fuerza a sus conquistas también dicen: "...y el que se fue a Castellón perdió su sillón"
Un saludo.
La verdad es que está muy bien. Ese libro de la bibliografía debe estar bien no? C.G. Aparicio, jejeje! Me gusta mucho tu entrada.
En breves días, voy a hacer otro blog, eliminando el de vida cotidiana por otro que me guste más, y que me motivé más, para escribir sobre Historia de la vida cotidiana, pero con un método más riguroso, sobre todo a la hora de publicar las entradas, que sean semanalmente o cada 10 días, más o menos.
Un beso muy fuerte!! Enhorabuena por tu blog!!!
@ Retablo:
Pues con eso precisamente tiene que ver. Ya ve que detrás de la frase más nimia se puede esconder un gran origen.
Un saludo!
@ Katy:
Muchos piensan que es una simple rima, sin más misterio, pero no.
Y tienes toda la razón, el sobrino, al parecer, tenía poca verguenza...
Un saludo!
@ desdelaterraza:
Ay, yo también había oído la continuación, pero creo que esa sí que es producto de la imaginación, :D
Un abrazo!
@ J.Álvarez:
Te recomiendo el libro, es muy completo y con él no dejas de aprender. Además, engancha bastante..., :D
Esperaremos esa creación de tu blog, con el que te deseo muy buena suerte y, sobre todo, que no pierdas la constancia. Cuando encuentres una temática con la que te encuentres a gusto escribiendo, no dejarás de publicar, ya verás.
Un abrazo y ¡gracias por tu comentario!
Hay que reconocer, Querida C. G. Aparicio, que en este ejemplo de nepotismo le salió a don Alonso de Fonseca el tiro por la culata; ya sabes el dicho que aquí se hace bueno, " A quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos".
Mil bicos, cara.
Mal le salió la jugada... pero tenía el poder sufiente como para recuperar el arzobispado que le correspondía, como de hecho sucedió. Muy bueno el refrán, para este ejemplo viene ideal.
Un fuerte abrazo, amiga!
Muy curioso... Me pregunto si el arzobispo Fonseca, famoso en Salamanca, tendría algo que ver con esta pareja tan originla. Porque Fonseca es un apellido muy salmantino...
Besitos
Pues algo tendrá que ver, como dices, porque éste nació en Zamora... ¡Muy aguda la observación!
Un abrazo!
Interesante saber de donde proviene el dicho, yo lo conozco, sí. pero no tenia la menor idea sobre que tuviera toda una historia detras que trascendio el tiempo; y todavia hoy se escuche y haya llegado tan lejos, como hasta Buenos Aires. =)
Besos.
Una cosa más que conozco, curiosa y divertida.
Besitos
@ Carolina:
¿También por allí se usa el dicho? Eso sí que es interesante. Ahora ya no extraña que con el paso de los años haya visto modificada su estructura ¿no?
Un abrazo!
@ Elysa:
Me alegro que hayas aprendido algo nuevo, amiga.
Un saludo!
Parece que el poder ha tenido siempre una atracción especial, porque todo aquel que lo prueba, luego le resulta muy difícil dejarlo. Que interesante tu entrada, uno aprende y se entretiene.
Un abrazo desde Caracas.
Siempre se da eso, María.
Me alegra que hayas aprendido con la entrada.
Un saludo!!
MARAVILLOSO SABER DE DONDE VIENE LA FRASE PORQUE LA USAMOS Y MUCHO.
ACÁ EN ARGENTINA LA REPETIMOS Y NO SABEMOS DE DONDE ERA SU ORIGEN.
GRACIAS POR TRAERNOS TANTA CULTURA.
UN BESO GRANDE.
PD UNA BELLEZA EL FONDO DE BLOG.
Me alegra saber que, con este post, has aprendido algo nuevo. Acuérdate, ahora, cada vez que la uses, :D
¡Qué bien que te guste el nuevo fondo del blog!
Un abrazo!
Magnifico, no lo sabia gracias por comentarlo y aumentar nuestra cultura.
Un abrazo.
Un placer que te haya gustado y que hayas sacado provecho del post.
Un abrazo!
Me he dado cuenta, a través de un blog amigo que habías actualizado...Algo malo pasa con blogger de unos días para acá.
La historia la conocía. Este refrán es muy popular en Venezuela también, con aderezos: Quien se fue a Sevilla, pierde su silla, pero Quien regresa de Sevilla recupera su silla ;D
Saludos
El dicho es más universal de lo que yo creía, sin duda. Es increíble cómo ciertas expresiones viajan sin problemas de un continente a otro.
Un saludo, Manuel!!
Bonita entrada, conocia la historia, pero siempre es bueno recordarla. Ademas, leerla escrita por ti es otra cosa ;).
Saludos.
Uriel
Gracias, amigo Uriel, por tus palabras, eres muy amable. Ya he leído en tu blog que te tomas un descansito, espero que sea productivo y que pongas orden a esos pensamientos para que, de vuelta, nos traigas cosas nuevas con las que sorprendernos.
Un saludo!
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